De la Filosofía al Emprendimiento
La mayoría de las personas asumen que la filosofía es una disciplina que se dedica de manera exclusiva al pensamiento, pero esta es solamente una de las áreas que abarca la madre de todas las ciencias. Se hace necesario, recordar que parte del aporte a la sociedad que esta otorga, es lograr comprender las posturas y enfoques que se encuentran detrás de las acciones de los seres humanos, muestra de ello es la relevancia de algunas de sus ramas, como es el caso de la ética, la moral y la axiología principalmente.
En la actualidad, un término que toma mayor relevancia es el de emprendimiento y gestión, que se asocia al accionar de manera directa y se deja de lado otros aspectos de interés como es el caso de la planificación del mismo. De esa manera se comprende que todo emprendimiento es un proceso que requiere tiempo y dedicación, necesita de etapas previas, donde el individuo razona sobre lo que quiere, lo que puede y lo que hará. Considerando aspectos de factibilidad que son indispensables para su materialización, se debe planificar desde el planteamiento de las ideas hasta su realización.
De lo antes mencionado, se asume que el binomio pensar-hacer es indispensable en el emprendimiento, por ende, la ausencia de uno de estos elementos imposibilita concretar la idea en un producto y/o servicio. Por ese motivo, es indispensable dar cumplimiento a lo presentado por Aristóteles sobre la virtud, desde el planteamiento del justo medio, entendiéndose como ese punto de equilibrio entre la ausencia y el exceso, en este caso puntual para los procesos pensar y accionar de todo emprendedor.
Profesor: Rafael Rivero
Docente de Filosofía, Emprendimiento, Investigación, Tecnología y Participación Estudiantil.
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