Hemos pasado un largo tiempo de encierro, y experimentado una educación de modalidad
online desde los más pequeños hasta los más grandes, aunque hemos podido manejar la
situación porque somos seres de adaptación y costumbre, la situación en la que hemos vivido
ha generado varias emociones en nuestro ámbito familiar, siendo la depresión y/o la ansiedad
las más difíciles de sobrellevar.
Las emociones fueron dadas por Dios y son buenas en su propio contexto. Todos necesitamos
quitarnos el peso de sentir que está mal estar preocupados, enojados, ansiosos o deprimidos.
Lo que no es bueno es permanecer con esas emociones o en esas condiciones y expresarlas
luego de manera destructiva. Si logramos admitir que sentimos ansiedad y aceptamos que
existe un problema, ese será el primer paso para llegar a una solución.
Es por eso que debemos empezar por nosotros para luego poder ayudar a nuestros hijos, a
más de orar por ellos y animarlos a confiar en Dios y descansar en su amor.
Se puede mencionare tres estímulos fundamentales para ayudarlos a vencer la ansiedad, según el
libro “Ansiedad. Cómo gestionar el mal de la época”. de Daniel y Élida Rota:
1. Estimularlos a hablar
Para lograr que tus hijos se expresen es crucial hacer buen uso de las preguntas. Las mismas
deben ser fáciles de entender y aptas para ser respondidas brevemente. Evitemos las
preguntas triviales y utilicemos las que los ayuden a reflexionar y repensar la situación difícil
por la que están atravesando. Las preguntas pueden permitir un reenfoque diferente de la
situación dándoles la alternativa de otra mirada acerca del asunto.
Algunas de ellas podrían ser: ¿Qué piensas de lo que te pasa? ¿Qué sientes? ¿Qué crees que te
está pasando? ¿Tienes alguna idea de la causa? ¿Cómo te limita este problema? ¿Qué
cambiarías de tu entorno? Si queremos tener éxito en un encuentro de este tipo,
preparémonos para ser parte de un diálogo en el que estemos dispuestos a escuchar más de lo
que hablemos.
2. Estimularlos a pensar
La palabra de Dios dice en Isaías 26:3: “¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían
en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos! “(NTV)
Tenemos que saber que los pensamientos son un factor muy importante en la generación o
disminución de la ansiedad. Las personas sufren más por lo que piensan de las situaciones que
están viviendo que por las situaciones en sí. Por lo que es importante estimular pensamientos
positivos, de fe y confianza en Dios.
3. Estimularlos a actuar
Debemos estimularlos a actuar. Decidir racionalmente qué hacer sobre alguna situación que
les preocupa es un paso difícil. Pero los cambios se darán si ellos asumen como propios los
objetivos a conseguir, lo que los hará sentirse autónomos. Sentarse a esperar que un niño o un

adolescente se dispongan a actuar sin ningún tipo de motivación, en general no dará
resultado.
Es necesario alguna clase de estímulo. Y la motivación más efectiva es recompensarlos con
aprecio y afirmación. El resultado es mucho mayor cuando se logra que ellos realicen una tarea
que ellos mismos eligen hacer, sintiéndola como suya en lugar de estar haciendo algo por
obligación. Por lo tanto dicha tarea a realizar debe ser consensuada con ellos, brindándoles la
confianza necesaria de que ellos pueden llevar adelante una acción de igual manera que los
demás.
De esta manera vamos a poder salir a delante, y si observamos que la depresión o ansiedad es
cada vez más fuerte, no duden en consultar a un profesional.

Mtr. Ma. Luisa Almeida
Neuropsicóloga – Coordinadora del DECE

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