En este día conmemorativo recordamos el esfuerzo de mujeres valientes que se
enfrentaron al sistema social corrupto para buscar una igualdad de derechos.
Y ahora damos las gracias a esas mujeres, ya que por ellas podemos estudiar,
trabajar y realizar varias actividades que solo lo hacían los hombres.
Sin embargo, debemos comprender que la igualdad de derechos no es lo mismo
que buscar ser igual a los hombres ya que somos biológicamente y
neurológicamente diferentes.
Existen varios estudios de neuropsicología experimental y clínica, donde se analiza
las diferencias del cerebro de los hombres y las mujeres, como por ejemplo:
Las mujeres superan a los hombres en las pruebas de velocidad perceptiva, y al
identificar rápidamente objetos concordantes. Realizan mejor el cálculo
matemático, y en cuanto a la fluidez y comprensión verbal, y la fluidez en la
ideación, por ejemplo enumerar objetos que sean del mismo color.
Por otra parte, el hombre supera a la mujer en determinadas tareas espaciales,
como en las tareas que implican hacer girar mentalmente un objeto y en
razonamiento matemático. Tiene mayor precisión en habilidades motoras dirigidas
a un blanco, como lanzar o interceptar proyectiles. Identifica figuras en marcos
complejos, por ejemplo encontrar una determinada figura u objeto escondida en
una figura más compleja.
Y esto hablando solo en un ámbito del cuerpo calloso de desarrollo de actos reflejos
hasta comportamientos más complejos, pero hay un sin número de locaciones
cerebrales que analizar y ver diferencias como en el hipotálamo.
¿No les parece increíble? ¿A caso no es admirable nuestro Dios, al hacernos tan
complejos?
Lo importante de esto es reconocer que somos diferentes, pero para un propósito,
el complementarnos y trabajar en equipo, ¡mi debilidad es tu fortaleza!
Dios desea familias unidas, basadas en amor, que sepan comprender sus
diferencias, aceptarlas y aprender a apoyarse mutuamente.
Por eso, en este día espero que sepamos valorar a la mujer, pero también al
hombre, teniendo igualdad de derechos, pero amando y aceptando las diferencias
que nos hacen únicos.
Mtr. Ma. Luisa Almeida
Neuropsicóloga – Coordinadora del DECE